Sisebuto (Rey de los Visigodos).
Biografía
Rey visigodo, 612-621. Sucede por elección legal a Gundemaro en el año 612. Fue el primer rey germano, siglo y medio antes que Carlomagno, que promovió la cultura entre su pueblo, alentando uno de tantos efímeros renacimientos que se vislumbran a lo largo de la Edad Media. Por primera vez, esta cultura tiene ya un sentido claramente español, aún cuando su principal adalid, San Isidoro, fuese de la estirpe goda.
San Isidoro, que en 599 sucede en la silla hispalense a su hermano San Leandro, es el esplendor de su siglo, que con razón se ha llamado época isidoriana. San Isidoro es el creador de una cultura de fuerte carácter nacional, que prevalece a través de las vicisitudes de la dominación musulmana y de la Reconquista.
El reinado de Sisebuto quedó configurado por las características de la época isidoriana, es decir, auge de la cultura oficial en versión romanizante, persecución del arrianismo y protección para la iglesia católica.
Fue un hombre culto y erudito, versado en letras latinas, amante de las ciencias y autor de una obra hagiográfica, Vida de San Desiderio del Astronomicon, poema de sesenta hexámetros, dedicado a la incidencia de los astros en el hombre.
A estas cualidades intelectuales se le unían otras de carácter moral: el temor de Dios, el espíritu misericordioso y el temple de ánimo.
Prosiguió el rey la expansión territorial iniciada con Leovigildo, basada en el principio de la unidad; venció a los bizantinos (imperiales), obligándolos a una paz que reducía las posesiones bizantinas en la península a los Algarves (616), mostrando en esta guerra tal clemencia que no solo cuidó esmeradamente a los enemigos heridos, sino que puso en libertad a los prisioneros, pagando el rescate de su propio peculio.
El emperador Heraclio parece que puso como condición, para firmar esta paz, que se expulsase de España a los judíos, movido, de un lado, por el hecho de haber estos comprado a Cosroes 80.000 cautivos cristianos, a los que degollaron sin piedad, y de otra a una predicción que le habían hecho de que sería destronado y arruinado por el imperio de una nación errante y circuncisa.
En 616 Sisebuto no ordenó la expulsión sino de los que no se convirtieron al cristianismo en el plazo de un año, por lo que se convirtieron 90.000, siendo los restantes severamente perseguidos (se promulgaron una serie de leyes que castigaban con azotes, mutilación y confiscación de bienes, a los judíos no conversos). San Isidoro y el IV Concilio Toledano criticaron duramente estas medidas legislativas, y estas, desgraciadamente se volvieron contra los intereses del reino visigodo.
Los judíos, convertidos o no, se hicieron enemigos de los Godos, y cuando el reino fue atacado por los árabes, prestaron gustosos su apoyo a los invasores. Es de tener en cuenta que los judíos debían de constituir ya por entonces en España un elemento de discordia y de desunión.
El emperador Adriano, tras la segunda Guerra Judía (132-135), hizo transportar a España 50.000 familias judías, llegando a ser los hebreos centenares de miles en tiempo de los godos. Muchos judíos se vieron obligados a huir al reino de los francos. Su ejército mandado por los generales Requila y Suintila, sofocó las rebeliones de astures, rucones, pueblo de situación no bien determinada y de vascones.
Se distinguió por su generosidad con los vencidos. El rey interesado por las cuestiones marítimas creó una escuadra y parece que restableció la dominación visigoda en algunas plazas del norte de África. Se cree que Sisebuto murió envenenado. Le sucede en el trono su hijo Recaredo II.
Fuentes:
¡Gracias por leerme!
Publicado el 22 enero, 2018 en Reino de Toledo, S, Visigodos y etiquetado en Gundemaro, San Isidoro, San Leandro, Sisebuto. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
Siempre más de lo mismo. Con las iglesias hemos topado.
Y así seguimos.
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Que se puede esperar de una institución que bendijo y paseó bajo Palio a un dictador déspota y asesino.
Saludos.
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Al sol que más calienta, de toda la vida.
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