Josephine Cochrane (1839-1913)
La inventora del lavavajillas
Tras estudiar en la escuela, Josephine vivió un tiempo con su hermana en Illinois hasta que contrajo matrimonio. Tenía diecinueve años cuando Josephine se casó con William Cochran, un hombre de negocios dedicado también a la política del que adoptó su apellido añadiéndole una «e» al final.
La señora Cochrane se convirtió pronto en una dama de la alta sociedad y una perfecta anfitriona. En sus largas y continuas veladas había mucho trabajo por hacer, entre otras cosas, limpiar los múltiples platos que se ensuciaban. Evidentemente ella no hacía aquella tediosa tarea reservada al personal de servicio de su casa pero la ruptura de muchas piezas de su lujosa vajilla empezó a suponer para ella un problema, sobre todo si tenemos en cuenta que algunos de los platos de los que disfrutaban sus invitados era porcelanas chinas del siglo XVII.
Pronto la invención de su artilugio llegó a oídos de distintos hoteles y restaurantes de la zona que obligaron a Josephine a patentar y fabricar de manera más o menos masiva su nuevo invento, presentado de manera oficial en la Exposición de Chicago de 1893 donde ganó el premio al mejor invento.
Josephine Cochrane fundaría la Companía Garis-Cochran que sería uno de los remotos orígenes de la empresa Whirpool.
Josephine Cochrane fallecía el 3 de agosto de 1913.
Publicado el 1 diciembre, 2014 en Mujeres con Historia y etiquetado en Irene Fitch, Joel Houghton, Josephine Garis Cochrane, Lavavajillas Cochrane, William Cochran. Guarda el enlace permanente. 8 comentarios.
Pues es una suerte que este blog exista pues se adquieren conocimientos y cultura amenamente.
Gracias.
Un saludo.
efe
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Gracias Lorena y efe por leerme, pongo todo mi empeño en poner el mayor de los datos para que sea ameno y didáctico.
Un saludo.
Andrés
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Realmente interesante pues muchos pensamos que el lavaplatos es un invento reciente. Como particularmente ODIO fregar los platos, creo que colocaré el retrato de esta señora en la puerta de mi lavaplatos, como merecido homenaje 🙂
Saludos
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Jajaja… muy agudo Eduardo, pero al final los platos tendrás que ponerlo en el lavaplatos, algo hemos ganado, no crees???
Saludos
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A mí también me parece un lujo este blog. Es muy entretenido leerlo y se aprende mucho. Me gusta especialmente que tenga un apartado de «Mujeres con historia». Gracias.
Un saludo
Olga
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Agradezco tus palabras y la lectura de este blog. Seguiremos en contacto.
Un saludo.
Andrés.
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Como reciente poseedora -por primera vez en mi vida- de un lavavajillas, sólo puedo decir… grande, Josephine!!! (y grandes mis compis de piso, que aportaron el artilugio) 🙂
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Se dice que cuando Josephine fue a patentar su invento en 1886 descubrió que tres décadas antes, un tal Joel Houghton había inventado otra máquina con la misma función. Sin embargo, todo quedó en un susto, la patente de Joel había sido rechazada porque el montaje era demasiado complejo y poco práctico 😀
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